Si estás leyendo este artículo, es evidente que te interesa escribir y querés hacerlo.
El hecho de que te interese y quieras hacerlo ya es buen comienzo, pero a veces no es suficiente.
Te sentás frente a la computadora o a un papel en blanco y no sabés por dónde empezar. Te gustaría escribir sobre tal tema, hacer un relato, un poema, una crónica, lo que sea Muchas ideas, imágenes, frases, historias, dan vueltas por tu cabeza, pero a la hora de ponerlas por escrito, te quedás sin palabras, te anulás.
No sos el único al que le pasa esto, de hecho, muchos escritores consumados atraviesan etapas de su carrera, en las que les resulta imposible plasmar una idea, o lo que escriben no tiene sentido, o no tiene relación con lo que quisieron expresar.
Cuando eso te sucede, te sentís frustrado y te imaginás que te estás equivocando, que aunque quieras escribir nunca lo vas a conseguir, que solo es un sueño de locos. Entonces lo dejás para continuar tu vida y así tantas veces lo intentes.
Gran error.
Todo oficio se aprende, más aún si te gusta y querés lograrlo.
Paso a paso
Pero vayamos de a poco.
Este es el primer artículo de una serie, en los que poco a poco nos vamos a ir adentrando en lo que es la escritura en sí.
Por el momento nos vamos a dedicar al escritor.
Reconocernos como escritores
Hace tiempo que escribo y aún, hasta el día de hoy, en algunas ocasiones, me cuesta decir que soy escritora.
No siempre nos movemos en el ambiente literario o, si abarcamos un poco más, en el ámbito cultural, y cuando me preguntan sobre mis actividades o mi oficio, me provoca cierta incomodidad decir que soy escritora. Siento que mi respuesta no será del todo creíble, que se estarán preguntando: “pero bueno, ¿qué es ese trabajo?, ¿qué es lo que escribe?”
Ese es el punto.
La mayoría de las personas reconocen como oficio aquello que te retribuye monetariamente, que te permite solventar tus gastos y convengamos, que hoy por hoy, muy pocos escritores viven de las ventas de sus libros, sin embargo siguen siendo escritores y reconocidos como tal.
No siempre tu oficio es el que te da de comer. Lo que sí está muy claro, que el oficio es el que te dará las mayores satisfacciones personales.
Pero para llegar a eso, tenemos que reconocernos como escritores, si nosotros mismos no lo hacemos, ¿por qué esperamos que los demás lo hagan?
Si no creemos en nosotros mismos, es muy difícil que creamos que podemos escribir bien, que nuestras ideas puedan transformarse en palabras.
¿Lo intentás pero cada día se te hace más dificultoso pensar en vos como escritor?
Existen muchas formas de hacerlo, pero hay una serie de ejercicios simples, que pueden ayudarte y mucho. No tienen costo, no necesitás ayuda de terceros y tampoco requieren de mucho tiempo u horarios prefijados.
De esos ejercicios vamos a hablar en la próxima entrada.
Hoy te invito a que reflexiones, cuántas veces pensaste en vos como escritor en esta semana, y a cuántas personas les dijiste que tu oficio es escribir, que sos escritor. Creo saber, sin temor a equivocarme, que te sobran los dedos de una mano, y me arriesgo a decir que te sobran los dedos de esa mano también.
¡Hasta la próxima!
Artículos de la serie:
Cómo superar la frustración de la hoja en blanco
Ejercicios 1 y 2 para superar tus bloqueos como escritor
Ejercicios 3 y 4 para superar tus bloqueos como escritor
Beatriz Olga Croatto 04/08/2019
Felicitaciones por el emprendimiento!!!
Nelvis Ghelfi 05/08/2019
¡Muchas gracias Betti! Cariños.